miércoles, 1 de diciembre de 2010

Viaje a Málaga en busca del sol y las sensaciones de la primera competición en pista

Eso es lo que pretendíamos todos los que en la mañana del día 27 de noviembre nos reunimos en la estación de Atocha para tomar el AVE con destino a tierras malagueñas. Partimos ilusionados y con las cargas típicas de la temporada en nuestras piernas. Era la primera vez que Oskar y yo correríamos una competición en pista.

La llegada a Málaga se tornó amarga pues estaba cayendo una tormenta de tal calibre que se tuvo que aplazar la jornada del sábado. Llovió toda la tarde, hacía muchísimo viento y el mar estaba picado, con olas de gran altura , mar totalmente oscuro , grisáceo y tempestuoso según me contaba mi amigo Oskar.

Pasamos toda la tarde sin poder salir del hotel, sin poder rodar, sin disfrutar de las fabulosas playas, de un paseo y de un supuesto maravilloso clima. No paró de diluviar en toda la noche, pero yo sabía que después de la tormenta siempre llega la calma y que por la mañana las cosas se verían de otro color.

Mientras esperábamos al día siguiente, y para optimizar nuestro tiempo y preparación, estuvimos disfrutando de una fabulosa paella en el hotel Sol Don Pedro; el arroz estaba en su punto, meloso, suavizado con un fumé de pescado exquisito, a buen seguro que se trataba de morralla o, lo que es lo mismo, pescadito de roca. Para el que no lo sepa este pescado no se suele comer a excepción de los salmonetes, pero es que su cocción da un sabor increíble. En fin, que el arroz estaba tremendo y, por ponerle alguna pega, algo salado.

Otro momento para entrenar fue la sobremesa: buen café y a disfrutar del partidazo de Nadal. Por cierto, hay mucho que aprender del aspecto psicológico de este gran deportista, es increíble que se pueda rehacer a sí mismo y crecerse como lo hace este tío, es un fenómeno y en mi caso un ejemplo a estudiar y a aplicar en mi deporte. Todos sabemos de la importancia del trabajo psicológico en el rendimiento de un atleta. Muchas veces no gana el que es más fuerte y mejor físicamente, sino el que es más duro de cabeza y sabe sufrir hasta el límite para derrotar a sus rivales. En ocasiones, la diferencia entre dos deportistas de élite de esa altura y calidad no está en sus golpes sino en su preparación psicológica. Gran lección para el deporte este hombre.

Bueno, después de saborear dos cervecitas y algún que otro fruto seco, tomamos una cena no muy copiosa y nos fuimos a dormir.

La mañana del domingo nos saludó con su hermoso sol. Dos buenas tostadas con ese aceite de oliva tan rico que tienen en el sur, sin olvidarnos del pan de hogaza y alguna fruta nos sirvieron para hacer un buen desayuno. Enriquecidos con el oro líquido y sus grandes propiedades, recogimos la mochila y nos fuimos para el estadio.

A pesar del sol, la mañana resultó fría ly con fuertes rachas de viento, sobre todo en contrameta, y para completar el triste panorama a pista sin público y con poca participación.

Nada más empezar a calentar, primer susto: dos minutos de rodaje y al fisio, Oskar se resintió del gemelo, no era nada serie pero pensamos que mejor no competir.

Cuando estaban tratando a Oskar, pasó por allí el guía de otro atleta (Luis Oltran) y me dijo: “Ricardo, van a dar la salida del 5000, daros prisa que no llegáis”. Le conté lo que pasaba y se ofreció a llevarme él, todo un detalle de gran atleta y mejor persona, pues tenía que competir después el 1500.

Nos fuimos hacia la salida con el chándal y nos hicieron el favor de parar la prueba unos instantes antes de dar el pistoletazo de salida, además tuvimos la gran suerte de que se estropeó la foto finish y así pudimos conseguir cinco minutos extra. Salimos sin calentar, en progresión y, al menos, corrimos un poco. Buenas sensaciones y a seguir trabajando.

viernes, 19 de noviembre de 2010

De vuelta

Hace tiempo que no escribo nada en el blog y es que casi no tengo tiempo para nada que no sea entrenar, comer bien  y descansar. Estamos metidos de lleno en la preparación del Campeonato del Mundo de Nueva Zelanda  y disfrutando de todos los entrenos que me prepara David.

Estuvimos de concentración en Punta Umbría (Huelva) hará dos semanas. Allí compartimos entrenamientos  con otros compañeros de selección y con las demás federaciones de personas con discapacidad que van al Mundial. Un tiempo espectacular y unas magníficas instalaciones fueron las delicias de todos nosotros. Pudimos probar el terreno por dónde irá el circuito del Campeonato del Mundo de Cross que se celebrará en esta bonita localidad. Por allí rodamos Los compañeros del fondo  y nos gustó muchísimo el recorrido.

Tanto Oskar como yo no nos perdíamos pasear por la fantástica playa de dunas que estaba junto al hotel. El oleaje calmado y las aguas frías del Atlántico eran un recuperante fantástico para nuestras piernas y los paseos por la arena con sus miles de coquinas apiladas unas contra otras en la orilla hacían la función de un pediluvio de lo más natural.

No me puedo olvidar de la gastronomía de la zona, de la cual disfrutamos en compañía del gran David Casinos y su mujer; Begoña, la fisioterapeuta; mi tocayo Ricardo, el médico; Joan Lino y la impresionante atleta  Eva Ngui.  Coquinas, gamba blanca, choco y otras delicias resultaron de lo más agradable para nuestros estómagos vacíos por los entrenos…

Por otro lado, este pasado fin de semana fuimos a la Carrera Solidaria de Madrid con el fin de ir pillando ritmo y tuve la  suerte de que me acompañase el gran Juan Francisco Romera y de conocer entre otros a Alberto Juzdado, José Manuel García y a “super” Fabián Roncero,  que por supuesto ganó la carrera. Por cierto , bonito gesto el que va a tener Fabián  haciendo de guía a otro compañero mío catalán para el Maratón del Campeonato del Mundo, se une así otro atleta de élite como mi guía Oskar Martín a tan loable tarea, que no es otra que la de ayudarnos a conseguir nuestros sueños.

Gracias y mil gracias a todos los guías que nos ayudáis a diario y en especial a mis dos máquinas: Oskar y Juanan.

lunes, 23 de agosto de 2010

Pretemporada y camino hacia el Mundial

Ya hemos empezado la pretemporada y lo estamos haciendo de tal forma que cuidamos mucho los impactos que se producen en la carrera. Estamos metiendo circuitos de trainig en el gimnasio, de muchas abdominales, lumbares y ejercicioss de compactación. Nos ayudamos con sesiones de elíptica y hemos incorporado algo nuevo para mí. Se trata del runnig pool, muchos sabéis de lo que va, pero yo no tenía ni idea de lo duro que es. Hoy mismo ya he llegado a la hora y muscularmente tira mucho de piernas y de lumbares al tener que ir muy recto. Esto me viene especialmente bien a mí por mi forma de correr. Gracias a Óscar y a sus interminables correcciones y ánimos, hacen que las sesiones sean realmente buenas.

Trabajo músculos que jamás había empleado antes y que van muy bien para la carrera y sobre todo para maratón.

Estoy muy ilusionado con este objetivo, me estoy mentalizando y aprendiendo día a día de los consejos de Óscar. Afronto el trabajo con otras perspectivas más positivas y noto como entrenar tres o cuatro veces a la semana en el exterior y con compañía me alimenta muchísimo.

El camino es duro y vamos a optimizar todos los recursos que tengo a mi alcance para estar fuertes. Ahora a trabajar y a seguir progresando.

Como siempre agradecer a mi club el increíble apoyo que me presta.

Tengo un equipo fantástico y soy un privilegiado por compartir mi trabajo con auténticos ya no profesionales, si no por excelentes seres humanos.

Gracias a todos.

lunes, 16 de agosto de 2010

Seguimos estando con rehabilitación y hielo

Sigo con rehabilitación y hielo. Estiro todo lo suficiente y además los antiinflamatorios de rigor, pero parece que aún no es suficiente.

Esta semana he podido realizar buenas sesiones de elíptica sin dolor y he doblado en el gimnasio. Hoy he probado correr 20 minutos y no ha podido ser sin dolor…

Intentamos por todos los medios evitar la infiltración.

Qué duro se hace no poder correr, hoy esos 20 minutos me han sabido a gloria y al menos psicológicamente me vienen al pelo. Sentir de nuevo como se tensan los tibiales y los cuádriceps, comprobar cómo la respiración es distinta e incluso la forma de sudar no es la misma; sentir que las endorfinas vuelven a activarse. En fin, nada sustituye la carrera, ningún ejercicio físico es comparable para mí, de ahí que lo paso tan mal.

Estoy entrenando y no pierdo la esperanza, de alguna manera sigo alimentándome para el futuro.