viernes, 24 de agosto de 2012
lunes, 23 de julio de 2012
Agradecimientos
Mis amigos de Estoesdxt me piden que escriba unas líneas explicando lo que siento ante la llegada de los J.J.P.P.
Parece que fue ayer cuando se me pasó por la cabeza esto de intentar ir a unos Juegos Paralímpicos. Algunos creyeron que estaba chalado, otros que ya está Riqui con una de las suyas, ya se le pasará... Pero también hubo gente que creyó en mí. Pero lo más importante, y lo que nunca me faltó, fue el deseo incesante de correr y trabajar en mi sueño hasta el límite.
En este camino de casi cuatro años, me he encontrado de todo: alegrías, compañeros, triunfos, decepciones, sonrisas y lágrimas. Yo me quedo con todo lo bueno e intento aprender de las decepciones y de todos esos momentos malos que van surgiendo en el camino porque pienso que cada vez que tienes una dificultad y la vences, te haces más fuerte. Todos los que me seguís en mi blog, sabéis de lo que os hablo. Aprovecho para dar las gracias a mis amigos de Estoesdxt, por cederme este espacio para dar a conocer mis inquietudes y mi sueño.
Ese sueño es ya una realidad: mi nombre está en la lista de los seleccionados para representar nada más y nada menos que al Deporte Paralímpico Español. Para mí es un orgullo y un honor formar parte de este gran grupo.
Me gustaría aprovechar estas líneas para acordarme de todos mis compañeros que han trabajado durísimo para estar en Londres y por unos u otros motivos no lo han conseguido. A buen seguro que lo seguirán intentando para estar en Río 2016. Y es que el deporte de alta competición es así de duro: marcas muy difíciles, lesiones y, en definitiva, la vida misma con sus percances y vaivenes.
Yo he logrado clasificarme para participar en unos Juegos Paralímpicos y eso es mi sueño hecho realidad. Ahora trabajo muy duro por estar en la final de 5000 m., el día 7 de septiembre en el Estadio Olímpico de Londres, para ello, junto con mi guía, tendré que vencer a mis rivales en la semifinal y es obvio que ellos, al igual que yo, querrán estar en la final. El trabajo, la salud y la suerte o el destino, serán los factores que determinaran la lista de esa final.
Siempre me gusta hablar de mi equipo y creo que ahora es un buen momento para recordar a todos los que me han ayudado a conseguir mi gran sueño:
Mi primer guía, Rubén Herranz Díaz, fue el primero en sacarme de mi casa a correr por los caminos junto a la vía del tren. Lo recuerdo como una bomba de oxigeno y motivación pues aún estaba recién operado y me acababa de quedar ciego. Primer gesto de una gran persona y gran amigo, que siempre guardaré en mi corazón.
Luis fue quien me acompañó en mis primeros retos, nada más y nada menos que el Maratón de Roma y el Maratón del Sahara. Bueno, creo que sobran las palabras: maratón=compartir un montón de entrenos y vivencias increíbles.
Juan Antonio Araujo. Mi gran amigo Juanan. Con él conseguí dos medallas internacionales y un buen puñado de récords, pero lo más importante es que me empezó a enseñar lo duro que es esto del atletismo.
Al Mundial de Nueva Zelanda me acompaño otro atleta de élite, Óscar Martín. Fichaje que hizo mi antiguo club y que me mostró otra parte del atletismo que no conocía.
Fernando Rey. ¿Qué decir de este gran atleta? Pues muchas cosas y todas y cada una mejor. Fernando es un atleta de ÉLITE con mayúsculas. Mucho aprendí de él y, si no fuese por el percance que sufrió precisamente en Londres, hoy sería mi guía. Fernando me ha enseñado muchísimo, a día de hoy es uno de mis grandes amigos y seguro que volveremos a correr juntos.
Oriol Sellarés Martínez. Mi actual guía. Una persona excepcional. Él fue el que se prestó para ayudarme en la final de los 5.000 m. en el Mundial de Nueva Zelanda, con él he batido mi record de España, con él acabo de ser campeón de Europa y con él iré a los Juegos Paralímpicos. Oriol es un amigo para toda la vida, un gran tipo. Es fantástico.
Podría estar contando miles de anécdotas y cualidades de todos ellos pero sería en varios capítulos y no quiero extenderme demasiado.
El último gesto de lo que se puede llamar guía, es el de un atleta de Oviedo que se enteró de que yo no tenía guía para ir concentrado a Oviedo y se ofreció, a través de mi amigo Alberto, a llevarme en los entrenamientos que hiciese falta en mi estancia en su ciudad. Gracias Luisja por todo, gracias por venir a buscarme a diario, gracias por llevarme tan a gusto en esos rodajes maravillosos por tu tierra, gracias por darlo todo en las series en esa fantástica pista que tenéis en Oviedo y gracias a toda la gente de tu club que me ayudo a que todo fuese más fácil.
Gracias a mi entrenador, David Rodríguez García, por su excelente preparación y enseñarme tanto.
Gracias por tus cuidados, Javi, por tu excelente profesionalidad y por estar siempre pendiente de mi estado físico.
Gracias a mi familia por su gran apoyo y gracias a todos mis amigos y compañeros de selección.
Gracias a mi otra guía, Yolanda, sin ella esto sería imposible.
Bueno, amigos. Ahora a darlo todo y a disfrutar de este sueño que ya es una realidad.
Parece que fue ayer cuando se me pasó por la cabeza esto de intentar ir a unos Juegos Paralímpicos. Algunos creyeron que estaba chalado, otros que ya está Riqui con una de las suyas, ya se le pasará... Pero también hubo gente que creyó en mí. Pero lo más importante, y lo que nunca me faltó, fue el deseo incesante de correr y trabajar en mi sueño hasta el límite.
En este camino de casi cuatro años, me he encontrado de todo: alegrías, compañeros, triunfos, decepciones, sonrisas y lágrimas. Yo me quedo con todo lo bueno e intento aprender de las decepciones y de todos esos momentos malos que van surgiendo en el camino porque pienso que cada vez que tienes una dificultad y la vences, te haces más fuerte. Todos los que me seguís en mi blog, sabéis de lo que os hablo. Aprovecho para dar las gracias a mis amigos de Estoesdxt, por cederme este espacio para dar a conocer mis inquietudes y mi sueño.
Ese sueño es ya una realidad: mi nombre está en la lista de los seleccionados para representar nada más y nada menos que al Deporte Paralímpico Español. Para mí es un orgullo y un honor formar parte de este gran grupo.
Me gustaría aprovechar estas líneas para acordarme de todos mis compañeros que han trabajado durísimo para estar en Londres y por unos u otros motivos no lo han conseguido. A buen seguro que lo seguirán intentando para estar en Río 2016. Y es que el deporte de alta competición es así de duro: marcas muy difíciles, lesiones y, en definitiva, la vida misma con sus percances y vaivenes.
Yo he logrado clasificarme para participar en unos Juegos Paralímpicos y eso es mi sueño hecho realidad. Ahora trabajo muy duro por estar en la final de 5000 m., el día 7 de septiembre en el Estadio Olímpico de Londres, para ello, junto con mi guía, tendré que vencer a mis rivales en la semifinal y es obvio que ellos, al igual que yo, querrán estar en la final. El trabajo, la salud y la suerte o el destino, serán los factores que determinaran la lista de esa final.
Siempre me gusta hablar de mi equipo y creo que ahora es un buen momento para recordar a todos los que me han ayudado a conseguir mi gran sueño:
Mi primer guía, Rubén Herranz Díaz, fue el primero en sacarme de mi casa a correr por los caminos junto a la vía del tren. Lo recuerdo como una bomba de oxigeno y motivación pues aún estaba recién operado y me acababa de quedar ciego. Primer gesto de una gran persona y gran amigo, que siempre guardaré en mi corazón.
Luis fue quien me acompañó en mis primeros retos, nada más y nada menos que el Maratón de Roma y el Maratón del Sahara. Bueno, creo que sobran las palabras: maratón=compartir un montón de entrenos y vivencias increíbles.
Juan Antonio Araujo. Mi gran amigo Juanan. Con él conseguí dos medallas internacionales y un buen puñado de récords, pero lo más importante es que me empezó a enseñar lo duro que es esto del atletismo.
Al Mundial de Nueva Zelanda me acompaño otro atleta de élite, Óscar Martín. Fichaje que hizo mi antiguo club y que me mostró otra parte del atletismo que no conocía.
Fernando Rey. ¿Qué decir de este gran atleta? Pues muchas cosas y todas y cada una mejor. Fernando es un atleta de ÉLITE con mayúsculas. Mucho aprendí de él y, si no fuese por el percance que sufrió precisamente en Londres, hoy sería mi guía. Fernando me ha enseñado muchísimo, a día de hoy es uno de mis grandes amigos y seguro que volveremos a correr juntos.
Oriol Sellarés Martínez. Mi actual guía. Una persona excepcional. Él fue el que se prestó para ayudarme en la final de los 5.000 m. en el Mundial de Nueva Zelanda, con él he batido mi record de España, con él acabo de ser campeón de Europa y con él iré a los Juegos Paralímpicos. Oriol es un amigo para toda la vida, un gran tipo. Es fantástico.
Podría estar contando miles de anécdotas y cualidades de todos ellos pero sería en varios capítulos y no quiero extenderme demasiado.
El último gesto de lo que se puede llamar guía, es el de un atleta de Oviedo que se enteró de que yo no tenía guía para ir concentrado a Oviedo y se ofreció, a través de mi amigo Alberto, a llevarme en los entrenamientos que hiciese falta en mi estancia en su ciudad. Gracias Luisja por todo, gracias por venir a buscarme a diario, gracias por llevarme tan a gusto en esos rodajes maravillosos por tu tierra, gracias por darlo todo en las series en esa fantástica pista que tenéis en Oviedo y gracias a toda la gente de tu club que me ayudo a que todo fuese más fácil.
Gracias a mi entrenador, David Rodríguez García, por su excelente preparación y enseñarme tanto.
Gracias por tus cuidados, Javi, por tu excelente profesionalidad y por estar siempre pendiente de mi estado físico.
Gracias a mi familia por su gran apoyo y gracias a todos mis amigos y compañeros de selección.
Gracias a mi otra guía, Yolanda, sin ella esto sería imposible.
Bueno, amigos. Ahora a darlo todo y a disfrutar de este sueño que ya es una realidad.
lunes, 4 de junio de 2012
La sombra del miedo
Ante las grandes citas, a medida que se va acercando la hora de darlo todo, cuando además las oportunidades que tienes para hacer la marca deseada son pocas y se te están acabando, es cuando realmente llega el momento de la verdad: el día en el que tienes que demostrar todo el trabajo que has realizado. Ese día ha de ser casi perfecto. El trabajo ha sido duro, tú sabes que tienes la marca deseada en tus piernas y es el momento de demostrarlo.
En todo este periodo en que he ido creciendo como atleta, en muchas ocasiones, he tenido que enfrentarme al crono, a las inclemencias del tiempo, a mis rivales y, por supuesto, a más de una lesión. Siempre he salido airoso en estos lances, al final, de una u otra forma he conseguido vencer mis miedos.
Mis entrenamientos no solo están basados en el aspectos físico, también le doy mucha importancia al terreno psicológico. Siempre he creído en mí, en mi entrenador y en sus extenuantes papelas que a diario sacan lo mejor de mí. Además, están esos fantásticos guías que me ayudan y el increíble equipo que hay detrás de todo este esfuerzo.
Ahora bien, cuando llega la hora de la verdad, estas sólo. Eres tú el que tiene que demostrar lo que realmente vales.
El pasado fin de semana, acudí al Meeting Internacional de Hospitalet, en busca de una marca: el récord de España de 5.000 y la mínima B para poder asistir, nada más y nada menos, que a unos Juegos Paralímpicos, el mayor sueño para un atleta.
Como decía, siempre he confiado en mí y en el trabajo que he realizado y eso te hace fuerte. Pero las últimas dos semanas, antes de la gran cita, empecé con importantes problemas musculares y eso hizo que tuviera que bajar en mis entrenos e incluso algún día tuve que quedarme en la cama.
Viajé a Barcelona tomando antiinflamatorios y, aún así, intenté mantener la motivación al máximo. Llegué en el avión de las ocho de la mañana y a las diez, ya estaba rodando con mi amigo Ignasi y el gran Oriol, mi guía. Soltamos patas, como se suele decir, y acto seguido nos metimos en una piscina con el agua muy fría, algo que me vino de maravilla. Pero, llego la noche, llegaron las dudas, los agobios por no haber entrenado lo suficiente. Tu respiración cambia, ya no tiene la fluidez que acostumbra y, poco a poco, te va entrando esa angustia que se va tornando en ansiedad a medida que van pasando las horas y la competición se acerca.
Esto es fatal para tus pretensiones y te va consumiendo toda la energía que luego vas a necesitar. Los pensamientos son negativos y es la pescadilla que se muerde la cola, entras en una especie de bucle o de agujero negro del que, o te das prisa en salir, o estás perdido. Yo siempre he podido con esto y nuca lo he dejado crecer: no se puede alimentar a la bestia, pues entonces todos tus temores salen a flote y se hacen contigo.
Uno de mis trucos es pensar en disfrutar. Repetirme a mí mismo: ¿por qué hago esto? Y la respuesta la tengo clara: porque es mi vida y es con lo que disfruto.
Aquel día el problema fue que el subconsciente me jugó una mala pasada. Me acosté tranquilo y con ganas de ver el nuevo día. Cuando llevaba cuatro horas de sueño profundo, me desperté de pronto, con problemas para mantener una respiración sosegada y con bastante ansiedad. La noche fue un calvario, las horas no pasaban y tuve que estar haciendo ejercicios de respiración y aplicar todas las técnicas de relajación que aprendí años antes en el fantástico laboratorio de excelencia deportiva de la UCLM.
La mañana se presentó fantástica para el objetivo que me había llevado hasta allí. Sólo existía un problema y era que el miedo había hecho presa de mí. Un miedo atroz, algo que no había sentido en mi vida, ni tan siquiera en otras competiciones internacionales en las que ya había participado. La gran suerte para mí fue que estaba rodeado de dos de los integrantes de mi equipo: mi amiga Yolanda, que es la que se me ocupa de mis gestiones y me ayuda en mi carrera deportiva, y mi excelente guía Oriol. Además, contaba con los gritos de ánimo de mi amigo Ignasi, del excelente publico que se encontraba en la pista e incluso de los atletas que corrían conmigo y que me animaban a conseguir mi objetivo, como fueron Mª Carmen Paredes; su marido y guía, Lorenzo; y el gran atleta Iván Hompanera.
Al final, récord de España y mínima B.
Gracias Oriol, por confiar en mí, gracias por la excelente carrera que hiciste, por tus incansables ánimos y por saber exactamente cuándo y dónde tenías que apretarme en la carrera.
De esta carrera no sólo me quedo con la mejor marca de mi vida, sino con el hecho de haber superado ese miedo. Esto sí que es importante, pues es muy seguro que volverá a aparecer, pero entonces me encontrará mucho más fuerte.
En todo este periodo en que he ido creciendo como atleta, en muchas ocasiones, he tenido que enfrentarme al crono, a las inclemencias del tiempo, a mis rivales y, por supuesto, a más de una lesión. Siempre he salido airoso en estos lances, al final, de una u otra forma he conseguido vencer mis miedos.
Mis entrenamientos no solo están basados en el aspectos físico, también le doy mucha importancia al terreno psicológico. Siempre he creído en mí, en mi entrenador y en sus extenuantes papelas que a diario sacan lo mejor de mí. Además, están esos fantásticos guías que me ayudan y el increíble equipo que hay detrás de todo este esfuerzo.
Ahora bien, cuando llega la hora de la verdad, estas sólo. Eres tú el que tiene que demostrar lo que realmente vales.
El pasado fin de semana, acudí al Meeting Internacional de Hospitalet, en busca de una marca: el récord de España de 5.000 y la mínima B para poder asistir, nada más y nada menos, que a unos Juegos Paralímpicos, el mayor sueño para un atleta.
Como decía, siempre he confiado en mí y en el trabajo que he realizado y eso te hace fuerte. Pero las últimas dos semanas, antes de la gran cita, empecé con importantes problemas musculares y eso hizo que tuviera que bajar en mis entrenos e incluso algún día tuve que quedarme en la cama.
Viajé a Barcelona tomando antiinflamatorios y, aún así, intenté mantener la motivación al máximo. Llegué en el avión de las ocho de la mañana y a las diez, ya estaba rodando con mi amigo Ignasi y el gran Oriol, mi guía. Soltamos patas, como se suele decir, y acto seguido nos metimos en una piscina con el agua muy fría, algo que me vino de maravilla. Pero, llego la noche, llegaron las dudas, los agobios por no haber entrenado lo suficiente. Tu respiración cambia, ya no tiene la fluidez que acostumbra y, poco a poco, te va entrando esa angustia que se va tornando en ansiedad a medida que van pasando las horas y la competición se acerca.
Esto es fatal para tus pretensiones y te va consumiendo toda la energía que luego vas a necesitar. Los pensamientos son negativos y es la pescadilla que se muerde la cola, entras en una especie de bucle o de agujero negro del que, o te das prisa en salir, o estás perdido. Yo siempre he podido con esto y nuca lo he dejado crecer: no se puede alimentar a la bestia, pues entonces todos tus temores salen a flote y se hacen contigo.
Uno de mis trucos es pensar en disfrutar. Repetirme a mí mismo: ¿por qué hago esto? Y la respuesta la tengo clara: porque es mi vida y es con lo que disfruto.
Aquel día el problema fue que el subconsciente me jugó una mala pasada. Me acosté tranquilo y con ganas de ver el nuevo día. Cuando llevaba cuatro horas de sueño profundo, me desperté de pronto, con problemas para mantener una respiración sosegada y con bastante ansiedad. La noche fue un calvario, las horas no pasaban y tuve que estar haciendo ejercicios de respiración y aplicar todas las técnicas de relajación que aprendí años antes en el fantástico laboratorio de excelencia deportiva de la UCLM.
La mañana se presentó fantástica para el objetivo que me había llevado hasta allí. Sólo existía un problema y era que el miedo había hecho presa de mí. Un miedo atroz, algo que no había sentido en mi vida, ni tan siquiera en otras competiciones internacionales en las que ya había participado. La gran suerte para mí fue que estaba rodeado de dos de los integrantes de mi equipo: mi amiga Yolanda, que es la que se me ocupa de mis gestiones y me ayuda en mi carrera deportiva, y mi excelente guía Oriol. Además, contaba con los gritos de ánimo de mi amigo Ignasi, del excelente publico que se encontraba en la pista e incluso de los atletas que corrían conmigo y que me animaban a conseguir mi objetivo, como fueron Mª Carmen Paredes; su marido y guía, Lorenzo; y el gran atleta Iván Hompanera.
Al final, récord de España y mínima B.
Gracias Oriol, por confiar en mí, gracias por la excelente carrera que hiciste, por tus incansables ánimos y por saber exactamente cuándo y dónde tenías que apretarme en la carrera.
De esta carrera no sólo me quedo con la mejor marca de mi vida, sino con el hecho de haber superado ese miedo. Esto sí que es importante, pues es muy seguro que volverá a aparecer, pero entonces me encontrará mucho más fuerte.
domingo, 20 de mayo de 2012
V Edición Carrera Liberty - Una meta para todos
Esta mañana se celebró, por quinta vez en Madrid, la espectacular Carrera Liberty en la que se han dado cita unos 10.000 corredores.
La Carrera Liberty es algo más que una competición atlética, tiene el objetivo de mostrar que cualquier persona, con esfuerzo, sacrificio y espíritu de superación, puede conseguir lo que se proponga, no sólo en relación a esta prueba, sino en su vida diaria por muchas dificultades que se tengan.
En la prueba participan grandes corredores del panorama nacional que con su presencia apoyan este bonito proyecto, también algunos de los integrantes del equipo Paralímpico Español, entre los que tengo el honor de estar.
La prueba, de 10 kilómetros, comenzó a las nueve de la mañana, con una temperatura de 10ºC y un viento de unos 15 km/h., que hacía que la sensación térmica fuese aún más baja. La salida y la meta estaban situadas en la calle Goya, junto al Palacio de los Deportes. Era tal la cantidad de corredores que casi era imposible realizar el típico calentamiento previo a la competición.
El circuito se prestaba a salir muy rápido y el primer kilómetro se podía pasar a muy buen ritmo casi sin esfuerzo. Lo que sucede es que a continuación hay que subir el Paseo de la Castellana y más adelante la famosa cuesta de la calle Concha Espina y hay que estar muy fuerte para aguantar el ritmo hasta la meta.
Los ganadores de este año en categoría absoluta masculina han sido:
1º.- Chema Martínez (31’59’’)
2º.- Jesse Arnold (32’11’’)
3º.- Abraham Tejedor (32’41’’)
En categoría absoluta femenina:
1ª.- Irene Lorenzo (38’03’’)
2ª.- Cristina Rozalén (38’34’’)
3ª.- Nieves Morcuende
En la categoría de sillas de ruedas:
1º.- Miguel Ángel Letón
2º.- Felipe Cartas
3º.- Carlos Martínez
En la categoría de personas con discapacidad ambulantes, hay que destacar el impresionante tiempo del fondista con discapacidad visual (clase B2) Ignacio Ávila que paró el crono en 33’01’’, a poco más de un minuto del vencedor de la prueba. En segundo lugar entro su hermano, Abel Ávila, que a pesar de ir desde el kilómetro dos con fuertes dolores en la rodilla y el talón logró un tiempo de 35’24’’. El tercer puesto fue para el maratoniano andaluz, Manuel Garnica con un registro de 35’39’’.
Me gustaría destacar la participación del plusmarquista nacional de Maratón Julio Rey, quien ahora corre para disfrutar y siempre que se le necesita está dispuesto a colaborar en este tipo de pruebas.
También quisiera agradecer a mis dos guías, los atletas Oriol Sellarés Martínez y Juan Antonio Araujo Fernández, su apoyo y esfuerzo para hacer de su carrera la mía. En esta ocasión se relevaron para llevarme a conseguir un registro de 35’41’’, bajando en más de un minuto el tiempo de mi anterior participación en esta prueba.
La Carrera Liberty es algo más que una competición atlética, tiene el objetivo de mostrar que cualquier persona, con esfuerzo, sacrificio y espíritu de superación, puede conseguir lo que se proponga, no sólo en relación a esta prueba, sino en su vida diaria por muchas dificultades que se tengan.
En la prueba participan grandes corredores del panorama nacional que con su presencia apoyan este bonito proyecto, también algunos de los integrantes del equipo Paralímpico Español, entre los que tengo el honor de estar.
La prueba, de 10 kilómetros, comenzó a las nueve de la mañana, con una temperatura de 10ºC y un viento de unos 15 km/h., que hacía que la sensación térmica fuese aún más baja. La salida y la meta estaban situadas en la calle Goya, junto al Palacio de los Deportes. Era tal la cantidad de corredores que casi era imposible realizar el típico calentamiento previo a la competición.
El circuito se prestaba a salir muy rápido y el primer kilómetro se podía pasar a muy buen ritmo casi sin esfuerzo. Lo que sucede es que a continuación hay que subir el Paseo de la Castellana y más adelante la famosa cuesta de la calle Concha Espina y hay que estar muy fuerte para aguantar el ritmo hasta la meta.
Los ganadores de este año en categoría absoluta masculina han sido:
1º.- Chema Martínez (31’59’’)
2º.- Jesse Arnold (32’11’’)
3º.- Abraham Tejedor (32’41’’)
En categoría absoluta femenina:
1ª.- Irene Lorenzo (38’03’’)
2ª.- Cristina Rozalén (38’34’’)
3ª.- Nieves Morcuende
En la categoría de sillas de ruedas:
1º.- Miguel Ángel Letón
2º.- Felipe Cartas
3º.- Carlos Martínez
En la categoría de personas con discapacidad ambulantes, hay que destacar el impresionante tiempo del fondista con discapacidad visual (clase B2) Ignacio Ávila que paró el crono en 33’01’’, a poco más de un minuto del vencedor de la prueba. En segundo lugar entro su hermano, Abel Ávila, que a pesar de ir desde el kilómetro dos con fuertes dolores en la rodilla y el talón logró un tiempo de 35’24’’. El tercer puesto fue para el maratoniano andaluz, Manuel Garnica con un registro de 35’39’’.
Me gustaría destacar la participación del plusmarquista nacional de Maratón Julio Rey, quien ahora corre para disfrutar y siempre que se le necesita está dispuesto a colaborar en este tipo de pruebas.
También quisiera agradecer a mis dos guías, los atletas Oriol Sellarés Martínez y Juan Antonio Araujo Fernández, su apoyo y esfuerzo para hacer de su carrera la mía. En esta ocasión se relevaron para llevarme a conseguir un registro de 35’41’’, bajando en más de un minuto el tiempo de mi anterior participación en esta prueba.
martes, 10 de abril de 2012
Libre como el viento
Una semana llevo concentrado con la Selección Española de Atletismo para Ciegos en la bonita localidad de Punta Umbría. El tiempo no acompaña, pocos son los ratos de sol que podemos disfrutar. La semana Santa ha querido traernos esas lluvias que tanta falta nos hacen.
Las instalaciones que nos ofrece esta ciudad, son magníficas para la práctica del atletismo. Tenemos un espectacular circuito, donde se celebró el último Mundial de Cross, está perfecto. Aún lo conservan en las mejores condiciones, es una auténtica alfombra con pequeñas subidas y bajadas y muy rápido, a pesar de todo. El circuito comienza y acaba en la misma pista de atletismo.
Yo nunca corro en circuito de cross, siempre buscamos terrenos favorables, lo más llanos posible y sin baches que nos traigan disgustos inesperados, pero el primer día, nada más llegar me metí en el circuito con la alegría que da pensar en ponerse a hacer algo que, en teoría, para ti no es posible. Los primeros 1975 metros me sirven para hacerme una idea del terreno y en la segunda vuelta ya soy capaz de saber dónde está ese repecho con el que tropecé, dónde está la pilla que pisé, y que siempre acabo pisando en cada vuelta, y además ya tengo fijado el terreno dónde puedo, sin miedo alguno, ampliar la zancada.
Me lo imagino como una alfombra verde, con ese verde que queda tras las lluvias, la hierba es algo alta, pero compacta. La humedad es bastante elevada y los rayos de sol que se cuelan entre las nubes, templan el ambiente, haciendo que se desprendan todos los olores que dejan las lluvias de primavera. Huele a hierba fresca, como el césped recién cortado, también huele a mar. Pasamos cerca de la playa e imagino el contraste del verdor del camino y al fondo el azul marino cortado por las incansables olas que en su último aliento lloran desconsoladas su blanca sal para morir en a los pies de la dulce arena.
Poco a poco vamos cogiendo ritmo y con el paso de los kilómetros voy ganando confianza. Corro seguro junto a mi guía, los hermanos Ávila, el gran Alberto y el increíble Pousa. De repente, Oriol se pone a mi izquierda y suelta el agarre, Ignacio va a mi izquierda y por detrás su hermano Abel y los demás. ¡No me lo puedo creer!, ¡voy corriendo sólo! Me siento libre y recuerdo al momento los días en los que corría por la Portiña, el pantano que está cerca de mi casa. De pronto, me viene a la cabeza el día en que tuve el accidente que me hizo perder la vista, casi se me caen las lágrimas, pero de felicidad.
Sólo recordar ahora mismo el momento de libertad que viví, hace que me emocione. Gracias Oriol, no sabes lo feliz que me has hecho, el gesto que tuviste al dejarme correr sólo lo guardaré para toda la vida. Ha sido un momento maravilloso, me he vuelto a sentir libre corriendo, he vuelto a notar como variaban los apoyos al correr y juraría que lo hice cómo cuando veía. Este entreno me alimenta más que cualquier otro que haya hecho nunca, supone por un instante la confianza de pisar e impulsarse sintiendo como tu cadera hace que te estires hacia delante sin tener que ir con la esclavitud de ir siempre enganchado de la mano de tu compañero.
Ahora siento de nuevo lo difícil que es correr ciego. Siempre dices que ya estas acostumbrado y realmente es así, pero sólo en este instante eres consciente del gran esfuerzo que realizas para llegar hasta ahí.
En fin, la concentración espectacular, los entrenos muy buenos y los compañeros para quitarse el sombrero.
¡El camino a Londres ha comenzado!
Las instalaciones que nos ofrece esta ciudad, son magníficas para la práctica del atletismo. Tenemos un espectacular circuito, donde se celebró el último Mundial de Cross, está perfecto. Aún lo conservan en las mejores condiciones, es una auténtica alfombra con pequeñas subidas y bajadas y muy rápido, a pesar de todo. El circuito comienza y acaba en la misma pista de atletismo.
Yo nunca corro en circuito de cross, siempre buscamos terrenos favorables, lo más llanos posible y sin baches que nos traigan disgustos inesperados, pero el primer día, nada más llegar me metí en el circuito con la alegría que da pensar en ponerse a hacer algo que, en teoría, para ti no es posible. Los primeros 1975 metros me sirven para hacerme una idea del terreno y en la segunda vuelta ya soy capaz de saber dónde está ese repecho con el que tropecé, dónde está la pilla que pisé, y que siempre acabo pisando en cada vuelta, y además ya tengo fijado el terreno dónde puedo, sin miedo alguno, ampliar la zancada.
Me lo imagino como una alfombra verde, con ese verde que queda tras las lluvias, la hierba es algo alta, pero compacta. La humedad es bastante elevada y los rayos de sol que se cuelan entre las nubes, templan el ambiente, haciendo que se desprendan todos los olores que dejan las lluvias de primavera. Huele a hierba fresca, como el césped recién cortado, también huele a mar. Pasamos cerca de la playa e imagino el contraste del verdor del camino y al fondo el azul marino cortado por las incansables olas que en su último aliento lloran desconsoladas su blanca sal para morir en a los pies de la dulce arena.
Poco a poco vamos cogiendo ritmo y con el paso de los kilómetros voy ganando confianza. Corro seguro junto a mi guía, los hermanos Ávila, el gran Alberto y el increíble Pousa. De repente, Oriol se pone a mi izquierda y suelta el agarre, Ignacio va a mi izquierda y por detrás su hermano Abel y los demás. ¡No me lo puedo creer!, ¡voy corriendo sólo! Me siento libre y recuerdo al momento los días en los que corría por la Portiña, el pantano que está cerca de mi casa. De pronto, me viene a la cabeza el día en que tuve el accidente que me hizo perder la vista, casi se me caen las lágrimas, pero de felicidad.
Sólo recordar ahora mismo el momento de libertad que viví, hace que me emocione. Gracias Oriol, no sabes lo feliz que me has hecho, el gesto que tuviste al dejarme correr sólo lo guardaré para toda la vida. Ha sido un momento maravilloso, me he vuelto a sentir libre corriendo, he vuelto a notar como variaban los apoyos al correr y juraría que lo hice cómo cuando veía. Este entreno me alimenta más que cualquier otro que haya hecho nunca, supone por un instante la confianza de pisar e impulsarse sintiendo como tu cadera hace que te estires hacia delante sin tener que ir con la esclavitud de ir siempre enganchado de la mano de tu compañero.
Ahora siento de nuevo lo difícil que es correr ciego. Siempre dices que ya estas acostumbrado y realmente es así, pero sólo en este instante eres consciente del gran esfuerzo que realizas para llegar hasta ahí.
En fin, la concentración espectacular, los entrenos muy buenos y los compañeros para quitarse el sombrero.
¡El camino a Londres ha comenzado!
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