jueves, 30 de agosto de 2012

Días en la Villa Olímpica (III)

Ayer, día 28 de agosto, fue mi cumpleaños y que mejor regalo que poder pasarlo en la Villa Olímpica en el día que se izaba la bandera nacional.

Un día de esos para recordar, vestidos con el traje oficial nos dirigimos, mi amigo Alberto y yo, en busca de los demás compañeros de selección. Todos perfectamente uniformados para honrar nuestra bandera.

El acto, organizado por los ingleses, fue muy emotivo: un mini desfile junto con otros tres países que honraban de igual manera su propia bandera. Pero nosotros teníamos algo, o más bien, alguien que ellos no tenían: Su Majestad la Infanta Doña Elena que nos distinguió con su presencia y estuvo aguantando como el que más el intenso frío y el desagradable viento reinante, aunque ese frio se tornó en calor con el acto que nos brindaron nuestros magníficos anfitriones. Todo preparado y ensayado a la perfección, con interpretaciones teatrales y hermosos cánticos. El momento cumbre del acto fue la izada de bandera, escuchar el himno nacional y darte cuenta del momento que estás viviendo. Es entonces cuando tomas conciencia verdadera de dónde estás y de lo que esto representa. Un ¡Viva España! que se quedará en mi corazón para siempre.

Después del acto nos dirigimos en autobús a la Embajada Española en Londres, dónde nos esperaba el señor embajador, D. Federico Trillo; la Infanta Doña Elena; el Ministro del Educación, Cultura y Deporte, D. José Ignacio Wert; el presidente del CPE, D. Miguel Carballeda y otras personalidades y patrocinadores.


Uno por uno, el señor embajador fue dándonos la mano en la entrada de la embajada e invitándonos a pasar a, según sus palabras, “nuestra casa”. El acto comenzó con un bonito discurso por parte de don Federico, quien puso por las nubes a todos los deportistas paralímpicos, sobre todo fueron palabras de carácter motivacional. Sus ánimos resonaron por mi interior ensalzando mi espíritu y me quedo con esta frase: “cuando no podáis más, recordad a los que no están y os están animando desde vuestras casas o desde donde quiera que estén. Hoy lo probé en un entreno de calidad bastante exigente y he de agradecer este empuje. Cuándo no podía más y aún quedaba mucho entreno por hacer, me acordé de mi gran amigo Cipri, le pedí ánimos y en el momento más agónico apareció su imagen en mi cabeza, siempre amigos de corazón, siempre confiando en mí. “Cipri aquí estoy, ya lo hemos conseguido. Ahora sé que estas aquí dándome esa fuerza que tú tenías y seguro que entre los dos se lo pondremos difícil a mis rivales. Gracias por estar ahí, dónde quiera que estés, que seguro que es en la gloria que tú la ganaste”. ¡Estos juegos van por ti!

Volviendo al acto, y perdonadme por esta licencia, hablaron también la Infanta Doña Elena, don Miguel Carballeda y el Ministro de Educación. Todos resaltaron los valores del deporte paralímpico. Por último, tuvimos la ocasión de tomar un exquisito vino tinto en los magníficos jardines de la Embajada y de departir con alguno de los patrocinadores y personalidades. Tuve la ocasión de charlar con el agregado militar y su encantadora esposa de los valores que el deporte paralímpico aporta a la sociedad. Comenté con don Miguel Carballeda y su agradable esposa lo bien que lo vamos a hacer todos y verdaderamente así lo creo. Charlé con Ángel y con mucha más gente, pero no quiero extenderme más.

¡Hoy es el gran día!, y como me dice mi amigo Juanan: “es el día que cumples tu sueño, la gran inauguración de Juegos Paralímpicos Londres 2012. Así que, a ponerse guapo y para el estadio.