miércoles, 3 de marzo de 2010

Solos no podemos

Como muchos de vosotros ya sabéis, soy un atleta ciego y me dedico a las carreras de fondo. En el último año he logrado muy buenos resultados, pero no todo el mérito es mío. Los atletas ciegos necesitamos del gesto altruista de otro ser humano para valernos, entre otras cosas, de sus OJOS. Los GUÍAS DE ATLETISMO ponen a nuestra disposición su trabajo y su tiempo, un montón de horas con las que compartir el bonito gesto de entrenar juntos. Sufrimos juntos, nos emocionamos juntos, perdemos y ganamos juntos. Llegamos a formar un tándem perfecto en el que la carrera de dos se hace una, y cada zancada y braceo ha de ir con un automatismo perfecto para consumir los mínimos recursos y evitar las lesiones que se pueden producir por ir desequilibrados y hacer un mal uso de los grupos musculares que se ven implicados en la carrera.

Según declaraciones recientes de D. Eleuterio Antón Palacios, Seleccionador de Atletismo de la F.E.D.C. (Federación Española de Deportes para Ciegos), muchas personas se ofrecen para hacer de guía, pero no todas tienen el nivel suficiente para llevar a un atleta ciego de élite.

Muchos de vosotros sois atletas de una gran calidad y algunos ya lo habéis hecho casi todo en vuestra carrera deportiva. Pues bien, ahora tenéis la oportunidad de plantearos guiar a un atleta ciego y comprobar que aún podéis conseguir metas en las que ya no pensabais, como por ejemplo ser PARALÍMPICOS e IR A UNAS OLIMPIADAS.

Pero que nadie se lleve a engaño, esto es una tarea sumamente compleja y requiere de cualidades que no sólo tienen que ver con la calidad de cada uno. Ser muy bueno no es suficiente para guiar a un atleta o corredor ciego. Existen otras cualidades que se han de tener, como por ejemplo paciencia, seguridad, control, humildad y ganas, muchas ganas de ayudar a otro atleta como vosotros a lograr objetivos que sin vuestra ayuda no alcanzaría jamás.

Todas las disciplinas, desde la velocidad al fondo, pasando por el lanzamiento de peso o el salto de longitud, son adecuadas para optar al oro olímpico. Si os veis reflejados en alguna de estas pruebas y queréis intentar hacer de guía en una de ellas, ahora tenéis la oportunidad de acercarnos a nuestra meta. El camino es difícil pero hermoso. Creo que podéis volver a recuperar ilusiones ya perdidas u olvidadas y sentir esa motivación especial que se tiene ante los grandes objetivos. Por intentarlo no perdéis nada, al revés, ganaréis mucho y recibiréis a cambio algo que en ninguna de las especialidades deportivas en las que hayáis participado habríais soñado, una presea sin igual: AYUDAR A UN SEMEJANTE A OBTENER ESA PRESEA.

¡Esto sí que es grande! Animaos a probarlo. Por mi parte sólo tengo palabras de agradecimiento a los guías que cada día me ayudan, me soportan y me hacen la vida tan feliz.